Saturday, August 18, 2012

#MakeUpTips | Errores en el #maquillaje que te envejecen !!


Son pequeños detalles pero más importantes de lo que parece porque pueden llegar a producir justo el efecto contrario al que buscas. 

Un buen maquillaje es capaz de cubrir las pequeñas imperfecciones cutáneas resaltando, al mismo tiempo, tus rasgos más atractivos sin que su presencia resulte demasiado evidente. Así que ante todo, naturalidad chicas !!

Especialmente a partir de los 30 o 35 años, la piel comienza a perder parte de su frescura y elasticidad y el maquillaje se convierte en una magnífica herramienta para aportarle la luminosidad que necesita. Un rostro maduro mal maquillado resulta FATAL 


BASE


El primer paso y el más importante de cualquier maquillaje es la correcta elección de la base. Tienes que encontrar la tuya, que siempre será de un tono muy similar al de tu propia piel. Lo ideal es que sea un tono más clara o que se funda perfectamente en tu rostro haciéndose “invisible” con la aplicación del rubor en la zona de los pómulos. 

En este sentido, los dos errores más comunes son: elegir un tono demasiado claro o demasiado oscuro y aplicar una cantidad excesiva de producto. Con una base más oscura de lo necesario (tal vez pretendiendo un falso bronceado) apagarás el rostro y si, además, extiendes una capa demasiado compacta (intentando tapar las pequeñas arruguitas) tendrás como resultado un efecto “máscara acartonada” nada favorecedor.


Para evitarlo, hidrata en profundidad la piel antes de aplicar el fondo de maquillaje y elige una base muy fluida (incluso puede bastar con una crema con un toque de color). Si quieres dar una mayor luminosidad al rostro puedes elegir después de tu polvo suelto un tipo iluminador, pero ten en cuenta que el resultado debe ser una rostro fresco y radiante, nunca con exceso de brillos porque estos envejecen y acentúan los defectos.

Si necesitas aplicar correctivos, hazlo con moderación. Pueden ser necesarias en las ojeras. Si este es tu caso, aplica una cantidad mínima (con la yema de los dedos y realizando pequeños golpecitos). El correctivo y la base deben ser de tono idéntico para que no se note diferencia entre ellos (de lo contrario marcarías aún más las ojeras).


Ojos y labios


El color en tus párpados debe servir para dar profundidad a la mirada y brillo a tus ojos. Un exceso de sombras puede resultar contraproducente. Opta por colores naturales (tonos cálidos) y elige sombras en polvo, nunca en crema, para evitar resaltar las arrugas del párpado propias de la edad. Unas cejas bien depiladas y unos toques con el rizador en tus pestañas conseguirán reavivar tu mirada sin una gota de maquillaje.

Sobrecargar los párpados con un exceso de color es uno de los errores más comunes (puede llegar a parecer que el párpado “pesa”). Una buena ayuda es el delineador. Aplícalo en el interior del párpado superior y en el exterior haciendo un discreto rabillo hacia arriba de manera que ayudes a que el párpado “suba”, rejuveneciendo así la mirada. 


Pero respeta la simetría de tus ojos, hazlo solo hasta donde se ubica la cuenca. 

No uses delineadores en negro, al menos en un maquillaje de día, porque este tono endurece la mirada echándote años encima. 

Es preferible un marrón, al igual que para la máscara de pestañas, y POR FAVOR !! EVITA CARGAR TANTO PRODUCTO !!

Combina únicamente dos sombras (por ejemplo un marrón y un beige) y aplica la más clara en todo el párpado móvil y el arco bajo las cejas, dejando la oscura sólo en en la cuenca del párpado móvil. 

En cuanto a los labios, a medida que pasan los años es importante hidratarlos en profundidad (también la zona por encima de ellos donde se forman pequeñas arrugas de expresión). Para aportarles un aspecto más joven, saca partido al delineador y define perfectamente las líneas de tus labios pero de manera sutil, sin que resulte evidente. Para ello, el delineador debe ser del tono exacto a la del lipstick. Los colores que aportan juventud son los más naturales y discretos: rosa, coral, nude(almendra), melocotón . . . evita los tonos demasiado oscuros (berenjena, chocolate…), y descarta totalmente los metálicos o de acabado nacarado.